09 marzo 2011

* A CLARA CAMPOAMOR *

Hola amigas y amigos de este pequeño rincón que conforma nuestro blog, hoy quiero haceros un pequeño regalo en estos días tan emblemáticos para la mujer, es un poema que acompaña una breve semblanza sobre Clara Campoamor, todo ello, poema y semblanza, viajan en mi último libro “Pájaros Azules” que ya está a la venta, de él he rescatado este presente para vosotros, seguro que lo disfrutaréis con alegría y el recuerdo nostálgico de una mujer valiente, inteligente y luchadora la cual hace tiempo que yo rescate en un ciclo de conferencias que llevaba por título “Rescatados del olvido” y que impartí en el aforo de Fnac de Asturias. Este poema es un pequeño homenaje a esa gran mujer que fue y que será mientras viva en nuestra memoria Clara Campoamor. Un abrazo. Trinidad Canel.

¡Grito!,

¡argumento!,

¡exigió!

y ¡suplico!,

¡en un salto

las escaleras

del recinto de los diputados

subió!

sujetándose el sombrero

que el coraje amenazaba

con tirar al suelo,

¿“no ha de ser la mujer menos que un

mendigo, les preguntó”?,

“este tiene el derecho al voto”,

¿“ha de ser menos, ese ser

que en su cuerpo

se horneó el pan de la vida”?

¡“Soberbios”!

¡“es que estáis ciegos”!

¡“o es que os asalta

el temor de veros superados

por madres, esposas y hermanas”!,

¡“que poca gentileza

se asienta en vuestro cerebro”!

con nitidez, expuso y argumentó

y con decisión dio el paso

y su sombrero femenino,

se desprendió de su cabeza

para abrirse paso ante

tanto bombín apergaminado,

¡Clara Campoamor!

se desprendió de sí misma

ante tantos impasibles,

y temiendo que los latidos del corazón

le desgarraran el vestido dijo:

¡“el voto es también

nuestro derecho,

el de todas las mujeres

que hasta hoy

han estado oprimidas y marginadas”!,

y con su dialéctica

y su desafío verbal

¡Clara!

logró vencer la abstracción

y sacar a la mujer

de la sabana

y el mantel.


¡Acaso olvidáis

que una mujer

que puede concebiros y alumbraros,

no es capaz de iluminar

caminos!

¡Clara Campoamor!

Logró vencer

los desatinos masculinos

al precio más alto,

el que exilia al ciudadano

de su país, de su familia

y de su raíz,

cuántas veces ella

soñó que volvía

pero tan sólo era un sueño

que no tomo vida,

por la culpa de aquellos que temían que Clara,

voluntariosa y con ingenio,

tendiera puentes

y abriera las puertas

y ventanas

a derechos y verdades,

y por ello languideció

exiliada en Suiza,

pero hoy

la historia

¡no la olvida!


5 comentarios:

Angeles Chicharro dijo...

Es precioso ese comentario y ese recuerdo a una mujer que tanto lucho por el voto gracias por recordarlo.

jorge dijo...

....que en su cuerpo se horneó el pan de la vida....genial, Trini. Me gusta cada estrofa.
Tengo ganas de tener el libro en mis manos.
UN ABRAZO.
Mucho ánimo.

Anónimo dijo...

Hola Trinidad.
me gustan tus poesias y escucharte recitarlas.
Un abrazo.
M.Amelia

Anónimo dijo...

Hola Trinidad me encanta tu poesia y tus articulos un beso de MARI VEGA

Anónimo dijo...

TRINIDAD PARA NOSOTRAS ERES UN EJEMPLO A SEGUIR
KATI