* CANCIÓN DEL EMIGRANTE *

Dame una taza para beber en la cual haya bebido ayer, y me sea conocida.
Dame el sueño que me acompañaba ayer, el verso que esperaba conocer.
Un sendero para caminar por él y, que yo cuente las mismas piedras que contaba ayer.
Dame los pinos y montes que como foto lejana retengo en la retina de mis ojos y me está empezando a abandonar.
Dame libertad para escapar de las noches de añoranza.
No quiero terminar mis días de juventud y llegar a sentir que como alguién dijo, “no soy ni de aquí ni de allá”.
Dame vientos que me lleven a alta mar, que ahí, el corazón que anhela la costa se encargará de regresar.
Dame el instante en que, aún joven, a mi madre, pueda abrazar para poder contarle las vivencias y el paisaje de ultramar.

DE MI LIBRO " EL COLOR DE LA VIDA"

Ediciones Beta.

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