Te miroy hoy veo en ti
lo que tal vez,
yacía dormido
y nunca había visto.
¡La realidad
de nuevas
y retorcidas ramas!
No sabia
que la intriga
duerme en el vuelo
de tus palabras.
La lealtad,
¡aquella torre tan alta!
se derrumbó en el fulgor
de la realidad.
Hoy
quieres regresar,
como si la luz,
fuera la misma, de antaño,
sin embargo la tristeza
bordea las pestañas,
y la ilusión huye,
no baila en el espacio.
Desde hace tiempo,
los brazos
no se alzan en alto
para acogerte
y el pecho antes tierno
para tu reposo,
se ha vuelto esquivo
y seco.
Tan sólo
queda aquella mirada
color de océano
que ayer brillo con alegría,
y poco a poco
se ha quedado vacía,
en fantasmal e indiferente agonía.
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