La lectura, es ese bálsamo que hace la vida
más bella, más respirable, más soportable y más apetecible, pues hoy se mire
donde se mire, se necesita un flotador al que agarrarse y esto que digo y expreso no es una frivolidad, es la realidad de un presente desalentador.
Conozco muy de cerca, muy metida en la piel, a una mujer que después de sufrir
un ingreso, salió del hospital con ingesta diaria de 20 pastillas, recetadas
por su magnífica doctora. Imaginaros el desembolso que ello acarrea, con el
momento del actual copago que estamos viviendo, de ahí que opine que la lectura
es el mejor refugio, aparte de ser para mí una necesidad como el aire que
respiro. En el silencio de la noche, encuentro el momento propicio para saltar
a esa isla que me espera en la mesilla de noche, el libro, en estos momentos la
isla se llama, “La mujer de Papel”, que en vez de autora, que podría ser más
propio, tiene autor. El padre de esta documentada y bella narrativa es Rabih
Alameddine, quien se refugia en la protagonista para dar su opinión y decirnos
por ejemplo, que Heminguay, esta sobrevalorado y acercarnos a autores tan importantes
como Descartes, Spinoza, Nietzche o músicos como Wagner, toda la evolución de
la historia de la Mujer de Papel que es una librera, tiene la reflexión de
algunos aspectos políticos y un retrato social de la ciudad de Beirut. Hay un
dicho de la sabiduría popular que dice: “Somos lo que leemos”, algo con lo que
estoy totalmente de acuerdo. Pues bien amigos estos días, voy refugiada en la
sombra y amor de este libro. Y la buena literatura es ese algo que siempre te
aguarda, últimamente en mis reflexiones he llegado a la conclusión de que
hubiera sido una magnifica librera, pues es un mundo que desde los nueve años
me entusiasma y me atrapó. El libro, es ese algo que te aquieta y se entrega
como un perrillo, sin juzgarte y por una pequeñez simbólica a cambio. Cuanto me
hubiera gustado haber trabajado entre las estanterías repletas de libros de una
librería, habría muchas más eficaces que yo, pero más entusiastas, seguro que
no…
Tomo nota de ese libro. Pero tu estás como te gusta, es decir, literalmente rodeada de libros. Me acuerdo de tu biblioteca de la casa de Granda....inmensa, buenísima. También me gusta tener alguna isla "aisladora" para ir un rato cada día. si es poesía mejor que mejor. Del viaje a Gijón rescaté la primera Antolojía Poética de J.R. Jiménez (que ahora mismo está en mi taller, pero puede estar en cualquier lugar de la casa); librito que me tiene en éxtasis y que alterno con otro: Luz en Tiniebla de Gregorio Cabrera, que cuenta la historia del médico increíble lanzaroteño José Molina Orosa. Ejemplo de hombre con coraje que dedicó su vida a curar a los pobres, así de sencillo. Trini, un abrazo grande grande. PD. Tus entradas del blog también son islotes de felicidad.
1 comentario:
Tomo nota de ese libro.
Pero tu estás como te gusta, es decir, literalmente rodeada de libros. Me acuerdo de tu biblioteca de la casa de Granda....inmensa, buenísima.
También me gusta tener alguna isla "aisladora" para ir un rato cada día. si es poesía mejor que mejor. Del viaje a Gijón rescaté la primera Antolojía Poética de J.R. Jiménez (que ahora mismo está en mi taller, pero puede estar en cualquier lugar de la casa); librito que me tiene en éxtasis y que alterno con otro: Luz en Tiniebla de Gregorio Cabrera, que cuenta la historia del médico increíble lanzaroteño José Molina Orosa. Ejemplo de hombre con coraje que dedicó su vida a curar a los pobres, así de sencillo.
Trini, un abrazo grande grande.
PD. Tus entradas del blog también son islotes de felicidad.
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